Grupos Interactivos: una experiencia enriquecedora con las familias en el aula

Creemos que la educación es mucho más que aprender contenidos: es compartir, crecer juntos y sentirnos parte de una gran familia. En el colegio Sagrado Corazón de Ronda, de la Fundación Spínola, sabemos que cuando las familias se involucran en la escuela, el aprendizaje se vuelve más significativo y enriquecedor. Por eso, queremos compartir con vosotros una de nuestras iniciativas más especiales: grupos interactivos.
Crear un ambiente de aprendizaje colaborativo, motivador, participativo e inclusivo es uno de los pilares fundamentales en nuestro centro. Por esta razón, desde hace algunos años implementamos la metodología de grupos interactivos en nuestras aulas, una estrategia que no solo fomenta el trabajo en equipo entre los alumnos y alumnas, sino que también, promueve la participación activa de las familias en el proceso educativo.
¿En qué consisten los grupos interactivos?
Los grupos interactivos se basan en la organización del alumnado en grupos heterogéneos, es decir, con diferentes niveles de habilidades, intereses y ritmos de aprendizaje, agrupados de forma cooperativa. Cada grupo trabaja la actividad propuesta, guiado y acompañado por un adulto voluntario, en este caso, padres y madres, cuya función principal no es enseñar directamente, sino dinamizar, motivar y orientar al alumnado en la tarea que corresponda.
Cada sesión está diseñada para que los alumnos y alumnas roten por distintas actividades, guiadas por los voluntarios, favoreciendo no solo el conocimiento, sino también valores como la empatía, la solidaridad y el trabajo en equipo.
El impacto de los grupos interactivos
La participación de las familias en el aula tiene un impacto muy positivo tanto en el aprendizaje como en la convivencia. Los alumnos adquieren mayor seguridad y confianza en sí mismos, se sienten más motivados, se refuerza el sentido de comunidad educativa y los padres valoran la oportunidad de involucrarse directamente en el proceso formativo de sus hijos.
Desde que en el colegio Sagrado Corazón de Ronda pusimos en práctica esta metodología, hemos notado múltiples beneficios, tanto a nivel académico como social:
- Mejora del rendimiento: los niños y niñas reciben una atención más individualizada y pueden reforzar los contenidos de una manera más dinámica.
- Mayor motivación: el aprendizaje se vuelve más atractivo gracias a la variedad de actividades y al apoyo de los voluntarios.
- Desarrollo de habilidades sociales: se fomenta la comunicación, el respeto y la colaboración entre compañeros.
- Unión entre escuela y familias: se fortalecen los lazos dentro de la comunidad educativa, generando un ambiente más cálido y participativo.
Los grupos interactivos nos recuerdan que educar es una tarea compartida y que, cuando colaboramos, los resultados se multiplican. La escuela se convierte en un espacio abierto, inclusivo y participativo donde todos aprendemos de todos.
Experiencias en el aula
Esta iniciativa se desarrolla desde hace algunos años, con actividades en grupos interactivos tanto en el área de matemáticas como en la de lengua, a través de propuestas de escritura creativa. Cabe destacar que este tipo de experiencias puede aplicarse en cualquier área del currículo, favoreciendo el aprendizaje colaborativo y la participación activa de toda la comunidad educativa.
En el taller de matemáticas, los alumnos resuelven problemas de forma colaborativa, utilizando material manipulativo y juegos didácticos. Cada grupo realiza una actividad diferente, y, tras un tiempo determinado, van rotando de un taller a otro. La presencia de las familias es clave puesto que les ayudan a organizarse, plantear estrategias y mantener una actitud positiva ante los desafíos.
Por otro lado, en el taller de escritura creativa, cada grupo trabaja en la creación de historias originales. Los adultos actúan como mediadores, haciendo preguntas que estimulan la imaginación de los alumnos, ayudándolos a estructurar sus ideas y animándolos a expresar sus emociones a través de la palabra escrita.
Al finalizar la sesión, se lleva a cabo una breve tertulia en la que tanto los alumnos como los moderadores reflexionan sobre el proceso de aprendizaje, favoreciendo la metacognición. Comparten sus impresiones sobre lo que más les ha gustado, cómo han trabajado, lo que han aprendido, la calidad de las interacciones y las posibles mejoras para las próximas sesiones, entre otras.
El aprendizaje es una aventura que se vive mejor en compañía. En nuestro centro, Sagrado Corazón de Ronda, estamos convencidos de que, con la colaboración de las familias, podemos lograr una educación más cercana, inclusiva y enriquecedora para nuestros alumnos y alumnas. Juntos, hacemos de la escuela un espacio donde aprender es compartir y crecer en comunidad. ¡Os esperamos con los brazos abiertos!
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